miércoles, 2 de abril de 2014

El hombre es un gran faisán en el mundo, de Herta Müller en Siruela


Me cuenta Er Milindri, que ha leído, El hombre es un gran faisán en el mundo, en Siruela @edicionesiruela de la premio nobel rumana, de orígenes alemanes Herta Müller ganadora en el 2009. Me dice que tenía ganas de leer algo suyo desde que ganó el premio, pues antes no había escuchado hablar de ella, y a él le “mola” mucho todo eso de la vida en los países del este antes de la caída del muro de Berlín.

Me cuenta Er Milindri que la novela nos cuenta la vida de Windisch, su mujer, y su hija Amalie. Me dice Er Milindri que lo primero que llama la atención es el estilo, en plan telegrama, para él, eso le da a toda la obra un toque de indiferencia hacia los personajes por parte del escritor que hace que las vidas de los que pasan por las páginas sean totalmente vacías. Por otra parte, le da mucha “musicalidad” a la obra y Er Milindri sospecha que en la traducción del alemán, por muy buena que sea, debe perderse bastante de ese ritmo poético.

Me cuenta Er Milindri, que la novela es una obra relativamente corta, con más de 40 capítulos pequeños que se leen rápidamente o no, dependiendo de lo que te quieras parar en cada frase. Cada capítulo cuenta un suceso del pueblo o de alguno de los personajes. Son sucesos amargos que unidos al estilo la convierten en una novela, o colección de relatos comunes si preferís, dura, deseperanzadora, lo que Er Milindri sospecha que es precisamente lo que trata de mostrarnos la escritora, pues estamos hablando de la Rumanía comunista de Ceaucesu, “el que no se dejaba fotografiar con personas más altas que él”, me apostilla Er Milindri, para proseguir “¿Pero sabes que los Ceaucescu fueron en un viaje oficial al Reino Unido y se llevaron hasta las toallas de la habitación del palacio en el que los alojaron?”. “También sé que acabaron fusilados y que luego en Rumanía la gente estalló de felicidad y alegría cuando se pasaron las imágenes”, le respondo para no parecer un ignorante a su lado. “Pues de eso no va El hombre es un gran faisán en el mundo”, zanja Er Milindri: “Va de los interminables años tristes y oprimidos que pasaron los padres y abuelos de los que lo vieron morir, antes de que llegase ese día”. 

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